La brisa
golpea mi cara, la luz está apagada, la música suena sutilmente haciendo que mi
respiración se ralentice y tú, mi amor, confidente, mimosa, pasional… me vengas
al pensamiento. Esta noche quisiera decirte las palabras más profundas jamás
escritas.
La
angustia me ahoga, hay tantas cosas que quiero decirte, besarte y demostrar,
que todo el tiempo del mundo se me hace corto estando juntos.
El otro
día conseguiste que me quitara un gran peso de encima, por fin sabes mi gran
secreto. Desde esos años me cuesta mucho mostrar todo lo que siento. Las
palabras fluían, cierto es, pero no del modo que a mi corazón le gustaba, hasta
ahora.
Tú has
provocado que mi sangre hierva, todos mis sentidos se encuentran al ciento diez
por ciento, mi corazón late con una intensidad magnífica. Como una tontini me
dijo hace poco, lo nuestro fue un enamoramiento en toda regla. Si es verdad que
los ojos son el reflejo del alma, ahora sé que tú estás reflejada en ella. ¿Y
cómo es posible esto? Pues muy bien, creo que es porque en algún sitio estaba
escrito que nos conociéramos y que tengamos una relación así de intensa.
Hasta
aquí mis pensamientos nocturnos, en algunos meses veré estas palabras y seguro
que las completaré con muchas más cosas.
Pero
siempre ten una cosa en mente, te quiero. Eres y siempre serás mi primer gran
amor.
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