viernes, 24 de agosto de 2012

¡In alto i cuori Nonno!


Todavía recuerdo las barreras que me puso la vida para ir a verte, a pesar de todo yo sabía que debía ir, algo en mi interior me hizo luchar hasta el final.
Hace ahora a las 12 de la noche justo 6 meses desde que recibiera en medio de aquella noche fría de Milan una llamada que simplemente duró 5 segundos, quizás los 5 segundos más duros de mi vida. No sé ni cómo después de oír “el nonno está crítico, tenemos que ir inmediatamente al hospital” mi cuerpo se activó como nunca lo había hecho y en 2 minutos estaba en la calle. 
Cuando llegué tus ojos ya se habían cerrado para nunca más abrirlos y contemplar el mundo, tu corazón siguió latiendo en un esfuerzo por no partir en el camino que te llevaría hacia otra vida. Durante 6 horas cuando ya todos se habían marchado yo permanecí a tu lado agarrado de la mano, sentía como me transmitías algo que nunca he sentido ni sentiré, algo que de tan solo pensarlo hace que las lágrimas corran sin control hasta que a las 7:03 de la mañana con una expresión sería soltaras mi mano y comenzaras un viaje que espero que te haya llevado a un sitio magnífico.
Un sitio desde el que puedas observar el hombre en el que me he convertido hoy en día, en cada momento especial que he vivido desde entonces he sentido tu mano apoyada en mi hombro y tu aliento diciéndome que estabas conmigo, que siempre lo estarías. Desde entonces he cambiado mucho, los vientos de la vida me acompañan y navego en rumbo a un atardecer infinito que algún día hará que nos unamos.
Con toda la fuerza de mi corazón espero que me estés observando en este momento y te llegue lo orgulloso que me siento de haberte tenido como abuelo.
Con un grito al cielo : “Sempre con te”

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